Un piso turístico relajante.

Este espacio de 25 m², antes un amplio salón comedor de una vivienda familiar en Mendoza, Argentina, se convirtió en un loft íntimo y acogedor diseñado para recibir a nuevos huéspedes.

 

Cuando los hijos de los propietarios dejaron la casa, el hogar comenzó a sentirse demasiado grande; así surgió la idea de darle un nuevo propósito, transformándolo en un refugio para estancias temporales.

 

Cada metro cuadrado fue aprovechado con cuidado, logrando un ambiente armónico y funcional que invita tanto al descanso como a la contemplación. Un volumen de madera en esquina integra y oculta los espacios de servicio —cocina y baño—, permitiendo que, al no usarse, el loft se perciba diáfano y relajante. El área de dormitorio se separa sutilmente mediante un cerramiento de vidrio templado, que deja pasar la luz y el aire, aportando amplitud, transparencia y privacidad al mismo tiempo.

 

El resultado es un espacio pensado para que cada visitante se sienta cómodo, inspirado y en conexión consigo mismo, disfrutando de la calma de un hogar diseñado con intención.