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15 de septiembre, 2025

Diseño emocional: el poder táctil de los espacios que habitamos.

El tacto es el primer sentido que desarrollamos en el vientre materno y es el que nos conecta con el mundo de forma más directa.

«Al entrar en el magnífico espacio exterior del Salk Institute de Louis I.Kahn, sentí una irresistible tentación de dirigirme directamente hacia el muro de hormigón y tocar la suavidad aterciopelada y la temperatura de su piel» Los ojos de la piel – Juhani Pallasmaa

Imagina entrar en un espacio diseñado para que sientas calma y comodidad. Recuerdo una vez que visité un spa: la luz era suave, el aire olía a aceites esenciales y mis pies percibían la frescura de un suelo de piedra ligeramente texturizada. Solo estar allí y respirar su atmósfera hacía que mi sistema nervioso se relajara poco a poco. Caminaba despacio, casi de manera instintiva, y mis manos rozaban las paredes de madera cálida y aromática. Todo el espacio parecía invitarme a bajar el ritmo, a respirar y a estar presente. Los textiles de algodón, las alfombras de fibras naturales y los tonos neutros creaban un entorno que no solo se veía bien, sino que se sentía con todo el cuerpo.

 

Este tipo de experiencia no es casual: es el resultado de un diseño sensorial cuidadosamente pensado. Cada material fue elegido por cómo se siente, por la emoción que despierta al tocarlo y por el mensaje que comunica. Y aunque no vivamos en ese spa, también podemos crear en casa un espacio que transmita calma, acogimiento y comodidad.


Este artículo te guiará por el fascinante mundo del tacto en arquitectura y diseño de interiores para que descubras cómo los materiales pueden transformar no solo tu casa, sino también tu estado de ánimo.

Índice

  1. Percepción táctil: cómo sentimos los materiales en términos de textura y acabados.
  2. Cualidades táctiles de los materiales.
  3. La Psicología del tacto y la visión en la percepción espacial.
  4. Materiales como portadores de significado: la semiótica de los materiales.
  5. Somos seres multisensoriales, no solo visuales.
  6. Materiales naturales vs. materiales artificiales y sus cualidades emocionales.
  7. Neuroestética.
  8. Conclusión

1- Percepción táctil: cómo sentimos los materiales en términos de textura y acadabos.

Nuestra piel es un órgano sensorial que capta temperatura, presión, suavidad y rugosidad. Cuando tocamos un material, nuestro cerebro interpreta su textura (lisa, áspera, suave, rugosa) y su acabado (mate, brillante, satinado).


Estas sensaciones no son neutras: influyen en la forma en que interactuamos con un espacio y nos permiten crear conexiones emocionales con él.

  • Un acabado suave y aterciopelado puede transmitir calma.
  • Una superficie áspera o granulada puede hacer que un espacio se sienta más rústico y natural.
  • Un acabado brillante puede generar energía y dinamismo, mientras que uno mate aporta serenidad.

💡 Tip práctico: pasa la mano por diferentes superficies de tu casa y observa cómo cambia tu estado de ánimo. Por ejemplo, las superficies cálidas de la madera suelen provocar sensaciones de confort, mientras que los metales fríos transmiten elegancia pero pueden sentirse distantes.

2. Calidades táctiles de los materiales.

Los materiales moldean nuestro comportamiento en el espacio. Por eso, al elegirlos para tu hogar, no solo pienses en su estética, sino también en su impacto sensorial.

Cada material tiene propiedades que podemos percibir a través de los sentidos. Podemos definir su “personalidad táctil” como la forma en que nos invita a sentirlo. Algunos ejemplos:

  • Madera: cálida, orgánica, acogedora.
  • Piedra: fresca, estable, atemporal.
  • Metal: frío, firme, moderno.
  • Textiles naturales: suaves, respirables, confortables.
  • Vidrio: liso, brillante, ligero.

Los materiales moldean nuestro comportamiento en el espacio. Por eso, al elegirlos para tu hogar, no solo pienses en su estética, sino también en su impacto sensorial. Pregúntate cómo te hacen sentir al tocarlos y si juntos crean la experiencia que quieres lograr.


Por ejemplo, en un dormitorio donde buscas calma y descanso, conviene priorizar materiales suaves y cálidos. En cambio, en una cocina o baño es preferible optar por superficies lisas que te transmitan limpieza.

3. La psicología del tacto y la visión en la percepción espacial.

Convertir tu hogar en un refugio emocional, va más allá de lo meramente visual, se trata de crear espacios que reflejen quién eres y te ayuden a sentirte bien.

No solo tocamos los materiales con las manos: también los “tocamos con la vista”. Nuestro cerebro asocia la apariencia de una textura con su sensación, incluso antes del contacto físico.

 

Por eso, un sofá de terciopelo puede parecernos cómodo con solo mirarlo, o una pared de hormigón puede parecer fría aunque no la toquemos.
El diseño táctil, por lo tanto, no solo influye en cómo sentimos físicamente un espacio, sino también en cómo lo anticipamos y lo imaginamos.


La congruencia entre lo que vemos y lo que sentimos mejora significativamente la satisfacción espacial.

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4. Materiales como portadores de significado: la semiótica de los materiales.

Los materiales no son neutrales: transmiten valores, identidad e incluso jerarquías sociales.

Los materiales cuentan historias. La semiótica de los materiales estudia cómo cada material actúa como un signo, generando significado en nuestra interacción con ellos. Las propiedades de un material influyen en cómo lo interpretamos y en las emociones que nos despierta:

  • Madera: naturaleza, tradición, calidez, sostenibilidad.
  • Mármol: lujo, frescura, permanencia.
  • Acero inoxidable: modernidad, tecnología, limpieza.
  • Cuero: elegancia, exclusividad.

Los materiales no son neutrales: transmiten valores, identidad e incluso jerarquías sociales.

💡 Ejercicio: mira a tu alrededor y pregúntate qué mensaje transmiten los materiales de tu casa.
¿Cuentan la historia que quieres vivir? ¿Crean las sensaciones que buscas? ¿O se sienten distantes y fríos?

5- Somos seres multisensoriales, no solo visuales.

tu casa no solo debe verse bonita, también debe hacerte sentir todo aquello que esperas de la vida.

La mayoría de las personas piensa en el diseño de interiores de manera visual: colores, formas, estilos. Pero el nuevo paradigma del diseño multisensorial nos recuerda que todos los sentidos deben estar involucrados en el proceso de creación de espacios.

 

El confort no está solo en lo que ves, sino también en lo que tocas, hueles y percibes con el cuerpo. Una manta suave en el sofá, un pomo de puerta agradable al tacto o una alfombra mullida pueden cambiar por completo la experiencia de tu hogar.

Recuerda: tu casa no solo debe verse bonita, también debe hacerte sentir todo aquello que esperas de la vida: calma, tranquilidad, naturalidad, lujo, higiene.

 

Pregúntate qué quieres sentir en cada espacio que habitas. Esta reflexión es válida no solo para el hogar, sino también para espacios de trabajo, de salud, de espera y de tránsito.

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6- Materiales naturales vs. materiales artificuales y sus cualidades emocionales

Los materiales artificiales pueden ser estéticamente atractivos y accesibles, pero no ofrecen la misma riqueza sensorial que los naturales.

El mercado ofrece una amplia gama de materiales para la construcción y el diseño. Muchos imitan a los auténticos, y por cuestiones económicas y de facilidad solemos elegir versiones sintéticas. Estos materiales —plásticos, laminados, superficies artificiales— pueden ser prácticos y duraderos, pero no generan las mismas sensaciones que los materiales naturales —madera, lino, algodón, piedra— que evocan autenticidad, reducen el estrés y generan sensación de refugio.

 

En el spa que mencioné al inicio, se eligieron materiales naturales para lograr una atmósfera cálida y acogedora. La madera no solo aporta belleza visual con su color y veta, sino también textura, calidez táctil, aroma característico y propiedades acústicas.

 

Los materiales artificiales pueden ser estéticamente atractivos y accesibles, pero no ofrecen la misma riqueza sensorial que los naturales. Si buscas crear un espacio emocionalmente significativo, elige al menos algunos elementos naturales que conecten con tus sentidos.

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7- Neuroestética

La neuroestética estudia cómo nuestro cerebro reacciona ante la belleza y el diseño, y por qué ciertos espacios nos hacen sentir bien

La neuroestética estudia cómo nuestro cerebro reacciona ante la belleza y el diseño, y por qué ciertos espacios nos hacen sentir bien. La materialidad —texturas, colores y acabados— influye directamente en nuestro estado de ánimo.

 

Por ejemplo, un salón con piso de madera cálida, alfombras suaves y cojines de lino invita a relajarse. En cambio, un salón con mármol frío, muebles metálicos y superficies brillantes puede transmitir elegancia, pero mantenerte alerta y menos propenso a quedarte.

 

Diseñar con esta conciencia significa crear entornos que cuiden de nosotros, que nos hagan sentir en casa y que apoyen nuestro bienestar diario.

8- Conclusión

El nuevo paradigma del diseño interior nos recuerda que un espacio no se disfruta solo con los ojos. Cada decisión de diseño impacta nuestro sistema nervioso: las características de un espacio moldean nuestras percepciones, emociones y comportamientos.

 

Cada superficie que tocas es una oportunidad para crear experiencias que nutran tu bienestar.
Observa tu casa con todos los sentidos: toca las paredes, los muebles, los textiles. Pregúntate si lo que sientes te invita a relajarte, a inspirarte o a conectar.

 

Un pequeño cambio —como añadir una alfombra agradable, cambiar las cortinas o incorporar madera natural— puede transformar no solo tu espacio, sino también cómo te sientes en él.

 

Invitación: esta semana elige un rincón de tu casa y mejora al menos un material o textura. Conviértelo en un lugar que te haga sonreír cada vez que lo toques. Recuerda: lo natural nos atrae y nos ayuda a sentirnos mejor como seres humanos.